La inteligencia emocional es importante por varias razones. En primer lugar, las personas con inteligencia emocional son capaces de entender y manejar mejor sus emociones, lo que les permite tomar decisiones más efectivas y saludables. También son capaces de construir relaciones más saludables y satisfactorias con los demás, lo que les permite tener una vida social más plena. Pero, realmente, ¿en qué consiste la inteligencia emocional?
¿EN QUÉ CONSISTE LA INTELIGENCIA EMOCIONAL?
La inteligencia emocional es la capacidad que tiene una persona para identificar, comprender y gestionar sus propias emociones y las emociones de los demás.
Está compuesta por varias habilidades y competencias interrelacionadas:
-
Autoconocimiento emocional:
Implica ser capaz de reconocer y comprender las propias emociones y sentimientos. Es decir, ser consciente de cómo se siente uno en diferentes situaciones, así como ser capaz de identificar los pensamientos, sentimientos y comportamientos que están asociados con cada emoción.
Ejemplo: Cuando estamos en un estado psicológico poco equilibrado como puede ser alegres, excitados, tristes o melancólicos, las decisiones que tomamos están medidas por la racionalidad, por lo que este autoconocimiento te ayudará a no tomar decisiones en ese momento y esperar unas horas.
-
Autocontrol emocional:
Implica la capacidad de manejar las emociones de una manera efectiva y saludable, reflexionando y dominando nuestros sentimientos o emociones, para no dejarnos llevar. Por lo que puedes ser capaz de controlar la intensidad y duración de las emociones, así como de adaptarlas a las situaciones específicas. Lo que también supone ser capaz de lidiar con las emociones negativas, como la tristeza o el miedo, de manera que no interfieran con la vida diaria.
-
Automotivación:
El echo de enfocar las emociones hacia los objetivos y metas, nos permite tener una motivación y establecer nuestra atención en las metas en vez de los obstáculos. Es importante tener iniciativa y ser optimista, para actuar de manera positiva ante imprevistos. Gracias a la automotivación podemos dejar atrás los obstáculos y miedos.
-
Empatía:
La empatía implica la capacidad de comprender y sentir las emociones de los demás. Esto incluye ser capaz de reconocer las señales emocionales de los demás, y de ponerse en su lugar para entender sus perspectivas y necesidades. La empatía también implica ser capaz de responder a las emociones de los demás de una manera efectiva y adecuada.
-
Habilidades sociales:
Se refiere a la capacidad de interactuar con los demás de manera efectiva. Esto incluye ser capaz de comunicarse de manera clara y efectiva, así como de resolver conflictos de manera constructiva. También implica ser capaz de trabajar en equipo y de construir relaciones saludables y duraderas.
En el ámbito laboral también es importante, ya que las personas con inteligencia emocional son más efectivas en el trabajo, gracias a que son capaces de trabajar bien en equipo, resolver conflictos de manera constructiva y comunicarse de manera efectiva. También son más propensos a tener éxito en su carrera, ya que son capaces de liderar y motivar a los demás de manera efectiva.
EJEMPLOS DE INTELIGENCIA EMOCIONAL.
- Valorar los triunfos de los demás sin compararse con ellos.
- Aceptar los errores cometidos y ser capaz de perdonarse así miso.
- No juzgar el hecho de sentirse bien o mal o también llamado como emociones transitorias que pasarán con el tiempo.
- Analizar las reacciones inmediatas a las emociones, interpretarlas y aprender de cada una de ellas para controlarlas mejor.
- Entender las emociones que sentimos y no dejar que el cerebro nos confunda.
- Encontrar el equilibrio entre los éxitos y errores, no dejándose llevar por el narcisismo o por lástima por sí mismo.
INTELIGENCIA EMOCIONAL EN NUESTRO DÍA A DÍA.
Si nos paramos a pensar sobre nuestras emociones en la vida diaria, nos daremos cuenta de que son muchas las ocasiones que influyen en ella, sin darnos cuenta. En nuestro día a día la mayor parte de las decisiones que tomamos son influenciadas por nuestras emociones.
Cabe resaltar que existen varias personas que tienen más desarrollada la faceta emocional, marcando una diferencia entre la inteligencia clásica (lógica y analítica) y la inteligencia emocional.
Por ejemplo, un estudiante “empollón”, este es capaz de memorizar y llegar a mejores soluciones lógicas, pero su vida emocionalmente y sentimentalmente está vacía. Por el contrario, un estudiante con capacidad intelectual más limitada, con una vida exitosa.
Visita nuestra web de Área Máster.